¿Por qué no publicamos puntajes en nuestros cafés?

¿Por qué no publicamos puntajes en nuestros cafés?

Si alguna vez has visto fichas técnicas de café de especialidad, probablemente te hayas encontrado con un número —casi siempre sobre 80— que supuestamente indica la calidad del café. Estos puntajes provienen del protocolo de la Specialty Coffee Association (SCA) y son definidos por un Q Grader, un catador certificado tras un exigente examen del Coffee Quality Institute (CQI).

En nuestra tostaduría hemos decidido no usar este sistema de puntajes. Creemos que un número no es la mejor manera de contar la historia de un café ni de ayudarte a elegir cuál disfrutar.

 


1. Un número no cuenta toda la experiencia

Imagina dos cafés con 86 puntos: uno con notas a frutos rojos intensos y acidez jugosa; el otro, con sabores de chocolate y caramelo, más suaves y dulces. Ambos son excelentes, pero el número no refleja cuál se acerca más a lo que realmente disfrutas en tu taza. Incluso un café de 90+ puntos podría decepcionarte si no corresponde a tu gusto personal.


2. La evaluación siempre tiene un lado subjetivo

Aunque existen protocolos muy estrictos, la catación siempre incluye un componente subjetivo: cada catador interpreta sabores y aromas desde su propia experiencia y trasfondo cultural. En la práctica, hay Q Graders que incluso definen primero un puntaje y luego ajustan la hoja de cata para que coincida con ese número.


3. Lo que realmente importa al elegir

Cuando eliges un café, lo que te debe guiar no es si tiene 86 u 88 puntos, sino su perfil sensorial, intensidad de sabores, variedad, origen, proceso e historia. Eso es lo que compartimos en nuestras fichas, porque creemos que es la mejor forma de ayudarte a elegir un café que realmente disfrutes.


El nuevo camino: Coffee Value Assessment (CVA)

La misma SCA reconoció las limitaciones del puntaje tradicional y en 2024 comenzó a implementar un nuevo protocolo: el Coffee Value Assessment (CVA).

Algo poco conocido es que la hoja de cata anterior fue diseñada exclusivamente para cafés arábica lavados, por lo que no debería aplicarse a cafés naturales o honey. Incluso, clasificaba algunos fermentados —hoy muy apreciados— como defectos.

El CVA busca una evaluación más completa y transparente del café a través de cuatro dimensiones:

  • Descriptiva: qué aromas y sabores tiene, de manera clara y objetiva.

  • Afectiva: cómo lo perciben quienes lo prueban, con escalas de preferencia.

  • Física: las características del grano verde (defectos, tamaño, humedad).

  • Extrínseca: la historia del productor, certificaciones y trazabilidad.

Aunque aún está en desarrollo, creemos que el CVA es un paso más cercano a lo que realmente importa: comprar informado y disfrutar un café por lo que es, no por un número.


Nuestro compromiso contigo

Nuestro objetivo no es mostrarte un puntaje, sino acercarte a la experiencia real en taza: contarte cómo sabe el café, de dónde viene y quién está detrás de él. Queremos que seas tú quien decida qué perfil disfrutar, sin quedarte atrapado en si un café tiene uno o dos puntos más.

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  • Por

    Erick Leiva